La “lista negra” de lo que NO se debe hacer para evitar engordar

Para comer bien, nada mejor que la mesa del comedor y lejos de la TV.La cocina, la cama y el escritorio del trabajo no son sitios recomendables. Tampoco es bueno comer a las apuradas ni a oscuras. Es porque favorece el sobrepeso y dificulta la digestión. Todo lo que hay que saber.
Pizza con helado en la cama, no. Empanadas viendo cualquier cosa en la tele, tampoco. Ni hablar de sandwichitos frente a la heladera abierta. Los nutricionistas dicen que estas costumbres -grandes placeres para muchos- son poco saludables. Es más, la American Dietetic Association (ADA) hizo una suerte de “inventario” de los peores lugares y situaciones para comer. Los expertos dicen que el sitio y la manera en la que se come es tan importante como los alimentos. ¿Por qué? Porque hay circunstancias que llevan a comer más y porque ciertas posturas dificultan la digestión. La ADA se basó en varios estudios para armar el listado de lugares no recomendables para comer. Ejemplos de la “lista negra”:

En la cocina: Es el sitio natural de la comida, pero también puede ser el peor para tentarse y consumir en minutos cientos de calorías no planeadas. Allí está la heladera llena, la mesada para cocinar, y el tacho de basura… “Cuando se está a punto de tirar las sobras de los platos, hay gente que le da culpa y come todo en un minuto para no tirarlo”, dice Bonnie Taub Dix, de la ADA.

En el trabajo: Las facturas de la mañana, el almuerzo apurado, las galletitas de la tarde, litros de mate, café y gaseosas… Un estudio de la Universidad de Cornell demostró que quienes se sientan cerca de las máquinas de golosinas en la oficina comen más.

En un restorán: Se ingieren más calorías. Lo de la panera es obvio, pero un estudio de la Universidad de Memphis reveló que las mujeres que van a restoranes consumen 290 calorías más que las que comen en casa.

Frente a una pantalla:
Un estudio del Hunter College de Nueva York demostró que a medida que aumentan las horas frente al televisor, peor es la dieta de los chicos. Y mostró que cuando la gente se concentra en las imágenes, no presta atención a lo que come. A oscuras: Se come más compulsivamente, la media luz favorece la desinhibición.

Masticando poco:
 Varias investigaciones mostraron que masticar mucho ayuda a digerir bien, previene la hinchazón, gases y ataques cardíacos. “Cuanto más grande es el bocado, más difícil es su digestión”, dice Taub Dix. Hay que masticar el bocado hasta que sea casi líquido: 25 veces.

A las apuradas: En la Universidad de Rhode Island compararon dos grupos que comieron la misma cantidad de pastas en distinto tiempo. El más veloz consumió 646 calorías en 9 minutos, mientras que el otro consumió 579 calorías en 29 minutos (67 calorías menos en 20 minutos más).

“No importa sólo la calidad de los alimentos que comemos sino también cómo los digerimos y absorbemos -dice a Clarín Marcela Leal, directora de la Carrera de Nutrición de la Universidad Maimónides-. Comer en el trabajo, la escuela o la calle puede transformarse en algo negativo porque no siempre hay opciones saludables. En general se comen muchas grasas saturadas (de origen animal); azúcares (jugos, gaseosas), y poca fruta y verdura, o panes hechos con grasas saludables o con fibra”, dice Leal.

“Los mejores sitios para comer (y los peores) tienen que ver con múltiples mecanismos neuro-endócrino-metabólicos que ayudan a percibir saciedad, y por lo tanto, a dejar de comer -asegura Ana Jufe, asesora del hospital de Clínicas-. Lo que empeora la percepción de saciedad es comer rápido, en la cama, parado al lado de la heladera, caminando por la calle, en el auto, en el cine, mientras hacemos otra cosa, frente a pantallas, en lugares sin luz, en restoranes con paneras y trabajos con dispenser de golosinas”.

Para Edgardo Ridner, de la Sociedad Argentina de Nutrición, no es conveniente comer parados, caminando, picoteando en la cocina, en el trabajo, en la cama: “Suelen ser comidas inadecuadas, ingeridas rápidamente y sin beber. Y lo mismo puede decirse de comer mientras se hace otra actividad. El aumento de la población con sobrepeso y obesidad llegó a un nivel tan alto que estas enfermedades ya son la peor epidemia de la actualidad. Por eso, adoptar hábitos alimentarios saludables debe ser prioritario”.

Consejo japonés

El hombre más viejo del mundo, un japonés de 111 años, enterneció a propios y extraños cuando hace un tiempo se disculpó “por haber vivido tanto”. Dijo que el secreto de su larga vida era su buena alimentación. El consejo vale, pero es escaso: para llevar una vida saludable no alcanza sólo con comer bien, sino también con saber comer. Y eso, como casi todo, se aprende en la escuela. Esta semana se dio un buen primer paso al aprobarse un proyecto (media sanción) que prohíbe la venta de golosinas en los colegios bonaerenses. El resto es tarea para el hogar. ¿La obesidad es contagiosa?

Un estudio publicado en The New England Journal of Medicine asegura que la obesidad entre amigos es contagiosa. Participaron 12.067 personas, a las que se siguió de 1971 a 2003. Resultado: si alguien engorda, sus amigos aumentan un 57% el riesgo de subir de peso. Y si es íntimo, las chances se triplican.

“Los amigos que comen mucho aumentan la exposición a la comida del que está al lado. Rodearse de gente gorda cambia los patrones socioculturales y hace que la gente no se sienta tan gorda aunque lo esté. Por el contrario, rodearse de gente que se alimenta cuidadosamente influye bien”, asegura Ana Jufe.

Edgardo Ridner explica que los hábitos obesogénicos se copian, y más los niños. “Pero el remedio no es separar a un niño de un amigo que tenga esos hábitos, sino corregirlos al menos en uno, para que el otro, por imitación, también desarrolle hábitos saludables”. En cifras

60 por ciento de los argentinos tiene sobrepeso. De ese porcentaje, la mitad es obesa, según el ministro de Salud, Ginés González García, quien considera a la obesidad “una bomba sanitaria”.

13 por ciento de los chicos de escuelas primarias de Capital tiene sobrepeso u obesidad, según un estudio del Hospital Durand. La encuesta nacional de nutrición reveló que afecta al 9,2% de los menores de 6 años.

90% de las madres con chicos con sobrepeso dice que sus hijos tienen el peso normal o son flacos, según una encuesta en primarias de Capital, presentada en un congreso de la Asociación Americana de Diabetes. El rol de la educación

El último Documento de la OMS, “Dieta, Nutrición y Prevención de Enfermedades Crónicas” fundamenta la necesidad de establecer intervenciones nutricionales ante la epidemia global de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles, como el sobrepeso y la obesidad.

“Las instituciones educativas tienen un rol clave en la prevención y formación de hábitos saludables de nutrición”, dice Marcela Leal, directora de la carrera de Nutrición de la Universidad Maimónides, que creó el Proyecto Escuela Promotora de Alimentación Saludable. Dan talleres para alumnos y padres en la universidad y en escuelas. Los profesionales van a todo el país.

 

Fuente:19 AGO 07 | Hábitos- Intramed

 

¿Va a correr un maratón?

Entonces, no deje de leer esta nota en la que le contamos qué debe hacer antes, durante y después de esta exigente carrera de 42,195 km. Cómo hidratarse, cómo alimentarse y cómo prepararse mentalmente, son algunos de los temas abordados en las siguientes líneas.

Usted ya está siguiendo un plan de entrenamiento personalizado para correr su primer maratón (y hablamos de maratón de 42,195 km) pero igual las dudas y los nervios previos se presentan. Existen un gran número de aspectos a tener en cuenta más allá del entrenamiento. Aquí le contamos algunos de los más importantes.

Antes de correr

Si el atleta es fumador, sufre de problemas cardiorrespiratorios, del corazón, hipertensión arterial, obesidad, u otros, es conveniente que se someta a un estudio clínico exhaustivo. A las mujeres se les recomienda no correr con un flujo menstrual abundante. La comida ingerida en las horas previas debe ser liviana. Se recomiendan principalmente los carbohidratos como el arroz o las pastas, evitar las grasas y beber abundante líquido. En la mañana de la competencia ingiera un desayuno liviano tres horas antes de la hora de largada. No pruebe ningún alimento nuevo, evite los dulces y la cafeína, las proteínas y las grasas. Usted puede comer tostadas de pan blanco o galletitas con te, por ejemplo. Intente vaciar su vejiga e intestino antes de la carrera. La noche previa es bueno realizarse masajes y baños de inmersión La noche anterior es esencial evitar cualquier tipo de medicamento somnífero, calmante, así como también es recomendable no beber alcohol. No olvide que su cuerpo debe estar debidamente hidratado. Beba abundante líquido. Vístase con ropa cómoda y holgada y no estrene ninguna prenda así como tampoco el calzado. Puede colocarse vaselina o crema en la ingle y los pezones para prevenir raspones. Utilice calzado cómodo que sostenga bien su pie y no provoque molestias. Use medias justas de algodón que no tengan costuras para evitar roces y posteriores ampollas. Si se siente mal, débil, mareado o enfermo no participe de la competencia.

Durante la carrera

  • Corra su ritmo, no siga a los demás ni comience demasiado rápido ya que se quedará sin energía.
  • Las inscripciones a la carrera se realizan en los lugares escogidos por los organizadores.
  • No olvide que la hidratación es esencial. Beba líquido en cada puesto de hidratación disponible.
  • Si usted sufre algún calambre, torcedura, nauseas, mareos o dolor muy fuerte es preferible que se detenga y acuda a algún puesto médico para ver de qué se trata.
  • Evite aceleraciones extremas, ya que pueden ocasionar lesiones severas.

 

Después de la carrera

  • No pare abruptamente.
  • Disminuya lentamente su velocidad.
  • Elongue cuidadosamente cuadriceps, gemelos, isquiotibiales.
  • Beba abundante agua y si siente algún dolor colóquese hielo. Si las molestias continúan acérquese a un médico.
  • Si tiene ampollas pínchelas para extraer el líquido y que sanen más rápidamente.
  • Cuando regrese a su casa será muy beneficioso tomar una ducha caliente y luego de dos horas de finalizada la competencia tomar una comida liviana.
  • Evite competencias durante al menos las dos semanas siguientes luego de finalizada la carrera.

 

El reglamento

Para evitar dudas e inconvenientes de último momento le contamos cuáles son las reglas de un maratón. El modelo de reglamentación varía según el circuito y los organizadores, pero los puntos básicos suelen mantenerse. Veamos:

Según criterio de los organizadores podrán participar del maratón todos aquellos hombres y mujeres mayores de 18 años (en algunos casos los organizadores ponen como requisito a los hombres ser mayores de 19 años). El circuito de un maratón mide 42 kilómetros y 195 metros.

Debido a que los maratones suelen correrse en ciudades cuyas calles son muy transitadas y durante ese lapso las mismas deben ser cortadas a la circulación vehicular, se suelen estipular los tiempos parciales máximos a partir de los cuales se levanta el corte y el corredor debe correr por las veredas y no por el asfalto. Dependiendo de cada circuito en particular los parciales máximos suelen ser: 80 minutos para los 10 km; 2 horas 48 minutos para los 21 km y 4 horas para los 30 km. organizadores. En la ficha de inscripción se suele solicitar que se completen todos los datos del corredor y a cambio se entrega un número de identificación.

Según cada carrera en particular el circuito se encuentra señalizado y marcado, a la vez que cada determinada cantidad de kilómetros se encuentran a disposición de los corredores los puestos de abastecimiento.

Es obligatorio llevar el número en un lugar visible, quien así no lo hiciera será descalificado. El número es garantía de control para todos los atletas, a través del mismo se puede controlar la conducta de cada participante. Quienes corran sin su número o habiendo fraguado alguno de los datos requeridos lo hace bajo su responsabilidad.

La organización suele encargarse de contratar servicios médicos y de ambulancias que se encuentran a disposición de los atletas a lo largo del circuito.

Se suele recomendar a todos los participantes realizarse un chequeo médico previo para constatar que efectivamente su cuerpo está preparado para enfrentar el desafío. La organización suele deslindarse de cualquier tipo de daño que al participar en esta competencia, sufriera el atleta.

Si usted sigue estas recomendaciones podrá participar de la competencia de mejor manera ya que se sentirá más preparado para enfrentar todas las etapas de la maratón.

 

Más de la etapa previa

Durante un período de entrenamiento intenso, cuando se ejercita con miras hacia algún objetivo específico como puede ser una maratón, llega un momento determinado, en el que nada de lo que hagamos cambiará todo el trabajo realizado hasta ese punto. Si bien cuando se alcanza la fase final, ya es muy tarde para hacer algo más, nunca está de más seguir trabajando hasta el último minuto.

En el tramo culminante de la preparación física no hay que dejar de entrenarse, porque un descanso excesivo podría ser perjudicial, sin embargo, los entrenamientos se deben encarar con un ritmo suave y lento y es conveniente guardar la energía para la etapa de mayor exigencia que será aquella que comience el día en que se inicia la carrera que deseamos correr y para la cual nos hemos estado preparando.

Si la carrera que se va a correr queda en otra ciudad o país, siempre es conveniente viajar con unos días de antelación para evitar desfases en los horarios y, de ser posible, aprovechar también para hacer un recorrido del circuito por el cual se correrá para conseguir una mayor familiaridad con el mismo.

Otro punto a tener en cuenta es la información acerca de la clase de bebidas ofrecidas durante la carrera para la hidratación del atleta. Muchas veces, además de agua se brindan a los corredores bebidas energéticas o isotónicas, que no siempre son convenientes para todos. Si usted considera que la organización de la carrera no ofrece el tipo de bebida más conveniente para su organismo, puede optar por armarse un plan personal de hidratación a través de la ayuda de algún amigo que lo asista durante la carrera.

Es esencial tratar de ahuyentar a los “fantasmas” que surgen previamente a la carrera, esos dolores o lesiones imaginarios, las falencias o malestares que surgen en los días previos muchas veces se originan en la cabeza del corredor y no necesariamente en su organismo. En ese momento es clave encauzar los miedos naturales y utilizar esa energía como motor y no como freno, además siempre es recomendable recordar que lo peor ya pasó, debido a que la carrera es aquello por lo que se ha entrenado y esforzado durante tanto tiempo, es decir, los días inmediatamente anteriores e incluso la noche previa, deben ser de disfrute, ya que solo resta por venir lo mejor.

 

Sigua su propio ritmo

Nunca siga el ritmo de los demás, imponga el suyo propio. Utilice los primeros kilómetros para precalentar ahorrando así perdidas de energía innecesarias. Puede comenzar trotando un poco más suavemente e ir de a poco incrementando el ritmo hasta alcanzar el estado corporal deseado. Si en el inicio del desafío se siente “atrapado” entre la multitud no desespere, recuerde que usted simplemente esta precalentando y que en cuanto pueda podrá salir con un trote más firme y rápido. De todos modos no pierda de vista que siempre es más beneficioso dividir el maratón en dos segmentos a los que encarará de modo diferente: siempre es mejor comenzar más lentamente (aunque el cuerpo demande lo contrario) y salvar la energía para el segundo tramo que será el más arduo y difícil.

Recuerde que la carrera es un desafío a sí mismo y que con el solo hecho de haberse entrenado para cumplirlo y de haberse presentado para concretarlo ya debe considerarse victorioso. Usted va a hacer algo que no todos pueden hacer y que pocos pueden conseguir.

 

¿Y si hace calor o llueve?

En días de calor extremo o de lluvias torrenciales no hay por qué desanimarse, se puede correr igual. Por supuesto que lo ideal es un clima fresco, seco y con poco sol, pero no siempre lo ideal es lo que sucede, por eso, lo recomendable es aprender a adaptarse a cada situación y tener en mente que existe la posibilidad de que el clima no nos acompañe durante la carrera.

Si usted sufre mucho del calor puede considerar la épocas del año en las que corre los maratones, es decir, no corra en el mes de enero a menos que quiera someterse a varias horas de calor. De todos modos, las temperaturas están fuera del alcance de nuestros manejos o deseos, por esta razón considere que aun durante el otoño o el invierno, o más allá de lo planeado, podría ocurrir que la temperatura no fuera según lo esperado o lo normal.

Las altas temperaturas suelen ser más perjudiciales para los atletas debido a que cuando se comienza a correr la temperatura aparente sube más de seis grados, si bien esto es una ventaja para correr durante el invierno, puede transformarse en una gran desventaja cuando se corre durante el verano. La diferencia es que durante el invierno el atleta puede abrigarse y generar calor cuando pone el cuerpo en movimiento. Mientras que cuando hace calor no hay mucho que pueda hacerse. A través de la transpiración el cuerpo elimina el calor, pero también pierde grandes cantidades de líquido solamente recuperables por medio de la ingestión de bebidas.

Entonces, tenga en cuenta que cuando el calor es extremado debe utilizar prendas de colores claros y tejidos livianos y debe hidratarse aún cuando no tenga sed. Además recuerde que el clima es igual para todos los atletas y si este no es benigno será tan perjudicial para ellos como para usted. Otra posibilidad para pensar en las adversidades como oportunidades y no como infortunios es aprovechar los días de clima hostil como un desafío nuevo o diferente para poner a prueba tanto el equipo (calzado, ropa, etc) como la propia resistencia y habilidad.


Fuente: Reglamento de Amaison Producciones

 

Recomendaciones para disminuir el riesgo de problemas por calor durante la Actividad física

Declaración de Consenso del Consejo Asesor en Ciencias y Educación del GSSI para América Latina

La evidencia científica muestra que el ejercicio regular conlleva muchos beneficios para la salud, pero el clima caluroso y húmedo representa un reto para la capacidad del cuerpo de realizar actividad física. El rendimiento físico se ve disminuido significativamente, y el riesgo de deshidratación y problemas por calor aumenta. Las condiciones de alto estrés por calor imperan en gran parte de América Latina; por lo tanto, se necesitan estrategias que disminuyan el impacto de estas condiciones sobre las personas físicamente activas y los atletas.

* Ejercítese con regularidad. La actividad física regular beneficia su salud, y el alcanzar un nivel más alto de aptitud física mejorará su capacidad de tolerar el estrés por calor.

* Ajústese a su ambiente. Cuando hace calor y está húmedo, el ejercicio se siente más difícil y el rendimiento disminuye. Su actividad física puede ser más cómoda disminuyendo el tiempo y esfuerzo dedicados al calentamiento, y cambiando la estrategia de entrenamiento o de competición para disminuir la intensidad y/o la duración del ejercicio y para tener descansos más frecuentes y prolongados. Vista ropa floja, liviana y de colores claros, y busque los lugares más frescos a la sombra o con viento. Nunca se ejercite con ropa o accesorios plásticos: ello no ayuda a reducir la grasa corporal, pero sí hace el ejercicio más difícil y aumenta los problemas relacionados con el calor. Considere evitar completamente la actividad física cuando las condiciones sean excepcionalmente calurosas o húmedas, o ejercítese durante las horas más frescas del día.

* Préstele suficiente atención a la adaptación al calor. La exposición gradual al calor, con sesiones de ejercicio más cortas y menos intensas, produce adaptaciones que harán que el ejercicio se sienta más fácil y que mejorarán su rendimiento. Una de esas adaptaciones es un mayor ritmo de sudoración, el cual aumenta la necesidad de rehidratación.

* Manténgase bien hidratado. El agua es un líquido ampliamente disponible para la rehidratación, pero la gente normalmente no bebe suficiente para reponer las pérdidas por sudoración durante el ejercicio. Las personas beben más cuando se les ofrecen bebidas deportivas bien formuladas, que cuando se les da agua simple. Las bebidas deportivas deben contener carbohidratos como fuente de energía, y electrolitos -especialmente sodio- para una hidratación más efectiva. La adición de vitaminas y otros elementos a las bebidas deportivas no brinda beneficios adicionales. Al escoger un sabor de su agrado, se facilita el cumplimiento de sus requerimientos de líquido. Es preferible tomar bebidas ligeramente frías o frescas, pues saben mejor y estimulan la ingesta de líquido.

* Beba suficientes fluidos antes, durante, y después de su actividad física. Beba 1 ó 2 tazas (8- 20 onzas , o 250-600 mL) de fluido al menos dos horas antes del ejercicio, para ayudar a garantizarse que empieza con un nivel de hidratación adecuado, y para dar tiempo de eliminar cualquier exceso de líquido en la orina. Durante el ejercicio, beba de 1 a 2 tazas cada 15 minutos para equiparar la pérdida de sudor, o una cantidad tan similar como sea tolerable sin sentirse incómodo. Pruebe con volúmenes mayores, y ajuste las cantidades de fluido según sus necesidades individuales.

* Los niños, los adultos mayores, y las mujeres embarazadas deben tener un cuidado especial para prevenir la deshidratación y los problemas por calor. El riesgo de complicaciones por calor podría ser mayor en los niños que en los adultos: los entrenadores y padres deben tomar precauciones adicionales para asegurar que haya oportunidades adecuadas de ingesta de fluidos en clima caluroso. Es muy probable que los adultos mayores tengan menores niveles de aptitud aeróbica y una menor capacidad de controlar la temperatura corporal durante el ejercicio en el calor; también tienen una menor sensibilidad a la sed, y deben ser estimulados a beber aún cuando no sientan sed.

* Las mujeres embarazadas físicamente activas deben evitar las condiciones excesivamente cálidas, a la vez que deben tener cuidado de asegurar una ingesta adecuada de fluidos en todo momento. Después de la actividad física, usted deberá beber más de lo que siente que es necesario, porque la sed no es una buena guía bajo estas condiciones. Usted necesita beber más de un litro (cuatro tazas) de fluido por cada kilogramo ( 2.2 lb ) de peso perdido. Debido a la pérdida de sal en el sudor, debe haber suficiente sal (sodio y potasio) en la bebida o los alimentos que usted ingiera en este momento.

* Muchas condiciones médicas representan retos específicos a la regulación de la temperatura. El ejercicio es un aspecto beneficioso del tratamiento de muchas condiciones médicas, incluyendo la diabetes, la enfermedad coronaria, y la hipertensión. Puede ser que los médicos vean la necesidad de ajustar las recomendaciones generales de este documento para cumplir con las necesidades de aquellos individuos que están tomando medicamentos.

GSSI