¿Pueden los suplementos de vitaminas incrementar el rendimiento deportivo?

Los atletas consumen grandes cantidades de vitaminas en pastillas, pero la mayoría de los expertos nos dicen que sólo un pequeño número de ellos obtendrá de esta práctica un beneficio en su salud o rendimiento deportivo. ¿Está bien tomar suplementos vitamínicos como medida de seguridad, en caso de que su dieta no le suministre suficientes vitaminas? ¿Pueden ocurrir efectos negativos si usted consume muchas vitaminas? ¿Son las vitaminas sintéticas tan buenas como las vitaminas de alimentos naturales?
Un grupo de expertos de reconocida experiencia en el campo de la nutrición deportiva se encargó de dilucidar este tema.

Dan Benardot*: Se sabe que hay una deficiencia vitamínica importante en una porción relativamente pequeña de la población. Cuando ocurre un déficit, con frecuencia se debe a que existe un requerimiento especialmente elevado de una vitamina (o vitaminas) específica(s). Esto puede ser debido a un crecimiento rápido, al embarazo, enfermedad, al consumo de alcohol, por fumar o por otros factores. Un consumo inadecuado de frutas y vegetales frescos puede ser el problema nutricional más común, produciendo deficiencias potenciales en folato, carotenos (pro-vitamina A) y vitamina C. Asimismo, los atletas pueden obtener beneficios para su salud incrementando la ingesta de antioxidantes como la vitamina E.

Clarkson*: Debido a la gran cantidad de alimentos enriquecidos que existen en el mercado, un atleta que esté tratando de incrementar su ingesta de energía para compensar el alto costo energético del entrenamiento puede estar consumiendo algunas vitaminas en exceso sin darse cuenta. Por ejemplo, muchos cereales están enriquecidos con vitaminas, y si se consume en exceso un cereal enriquecido, como un snack, podría suministrar potencialmente un exceso de vitaminas. El uso indiscriminado de suplementos es un fenómeno relativamente nuevo, pero a medida que continúa creciendo la popularidad de los suplementos y alimentos enriquecidos, es probable que sean más comunes los efectos adversos del consumo excesivo de vitaminas.

– ¿Qué tipo de dieta “atípica” podría ocasionar una deficiencia o exceso de vitaminas, especialmente en los deportistas?

Clarkson: Un ejemplo de una dieta atípica usada por algunos atletas es una dieta alta en proteínas, baja en vegetales y frutas, las cuales son las principales fuentes de antioxidantes como las vitaminas C, E y el beta caroteno. La ingesta de cantidades suficientes de antioxidantes es importante para contrarrestar el estrés del ejercicio. Este estrés origina la producción de radicales libres, que son sustancias químicas reactivas que pueden dañar las membranas celulares del músculo si están libres. La vitamina C, E y el beta caroteno son parte del sistema de defensa antioxidante del músculo que inactiva a los radicales libres. Una dieta alta en proteínas puede ser baja en vegetales y frutas, y por lo tanto, baja en antioxidantes. No obstante, puede ser un problema cualquier dieta donde los vegetales y las frutas sean omitidos o consumidos en escasa cantidad. A pesar de que los atletas necesitan suficientes antioxidantes a través de la alimentación, una ingesta muy alta de vitaminas C, E y betacarotenos, debido al uso excesivo de suplementos, también podría ocasionar problemas. El equilibrio es la clave, y el consumo de frutas y vegetales es la mejor manera de alcanzarlo.

Benardot: Cualquier “dieta” que reduzca las opciones de alimentos incrementa el riesgo de deficiencia o exceso de vitaminas. Estas dietas, que normalmente resultan en el consumo monótono de un pequeño grupo de alimentos, producen dos cosas: 1) Reducen la incorporación de un amplio grupo de nutrientes (incluyendo las vitaminas), por lo tanto, incrementan el riesgo de una deficiencia específica de vitaminas; y 2) Incrementan la exposición a un limitado número de nutrientes (incluyendo las vitaminas), incrementando el riesgo de toxicidad de las vitaminas consumidas. Muchos atletas se someten a ingestas monótonas que eliminan completamente un grupo de alimentos como una estrategia diseñada para reducir el consumo calórico, con el fin de disminuir el peso o la grasa corporal. Las dietas que limitan las opciones de alimentos rompen una recomendación nutricional bien establecida que señala: “…consumir una amplia variedad de alimentos…”. Esto tiene sentido en varios aspectos, no sólo porque es la única forma de asegurar la exposición al rango de vitaminas más amplio posible, sino también porque evita consumir demasiado de una sola vitamina.

-¿Hay atletas cuya salud podría beneficiarse si consumen más vitaminas de las que pueden obtener de sus dietas normales? De ser así ¿cuáles son algunos ejemplos de estos atletas y sus dietas?

Manore*: Los atletas más propensos a tener un consumo deficiente de vitaminas son aquellos que tienen una ingesta calórica baja o cuya alimentación consiste en comidas rápidas altamente procesadas, elevadas en grasa o azúcar. Si los atletas están limitando su ingesta de alimentos para mantener un cuerpo magro o un peso corporal bajo, deberían suplementar sus dietas con vitaminas y minerales. Los suplementos específicos dependerán de su ingesta calórica total, de los alimentos que normalmente comen y de los deportes que practiquen.

-¿Existen atletas que hayan sufrido efectos adversos obvios por una sobrecarga de vitaminas? ¿Está bien consumir una cápsula diaria de multivitamínicos como medida de seguridad para prevenir deficiencias en una dieta normal?

-Coleman*: Es más probable que prod uzca efectos adversos un suplemento que contenga altas cantidades de un solo nutriente que un suplemento general multivitamínico-mineral. Yo recuerdo un caso en que un corredor consumió grades dosis de niacina antes de una carrera de 10km. Eso produjo enrojecimiento severo y prurito y corrió muy mal. Es poco probable que un suplemento de multivitaminas y minerales pueda hacer daño a un atleta, siempre y cuando el suplemento no exceda la Ingesta Diaria Recomendada (RDA) o el Consumo Adecuado (AI) para estos nutrientes.

-¿Los suplementos de vitaminas pueden incrementar el rendimiento deportivo?

-Clarkson: Una ingesta insuficiente de vitaminas a partir de la dieta puede afectar el rendimiento deportivo, pero consumir más de lo que se recomienda no parece aumentarlo. Con frecuencia se usa la analogía del uso de las vitaminas por nuestro cuerpo al uso del aceite de motor por un automóvil. Si el vehículo no tiene suficiente aceite, el funcionamiento del motor se dificulta, pero poniendo más aceite del recomendado no hará que el motor funcione mejor. Muchas vitaminas sirven como cofactores o “ayudadores” de las enzimas. Una enzima puede necesitar un solo cofactor para realizar su tarea y el suministro de más cofactores no hará que la enzima funcione mejor.

-Asumiendo que la dieta normal de un atleta es insuficiente en vitaminas, ¿qué recomiendan para mejorar esta deficiencia? Las vitaminas de los alimentos naturales, ¿son mejores que las de las píldoras?

-Clarkson:
 Tener una dieta completa es más importante que preocuparse sólo de algunas vitaminas. Los vegetales y las frutas contienen una gran cantidad de sustancias, llamadas fitoquímicos, que son importantes para la salud y de las cuales los investigadores aún desconocen todos sus beneficios. Las vitaminas de los alimentos y los suplementos pueden ser similares, dependiendo del control de calidad en la producción del suplemento. Sin embargo, si las fuentes de obtención de vitaminas fueran predominantemente los suplementos, se perderían muchos fitoquímicos valiosos que pueden jugar un papel importante en la salud.

Manore: Si la dieta es el problema, la solución también debe provenir de la dieta. Existen muchas maneras de alcanzar una ingesta equilibrada de vitaminas, minerales y sustratos energéticos. Por ejemplo, normalmente obtenemos una gran porción del calcio que consumimos de la leche y los productos lácteos, pero los jugos de frutas enriquecidos con calcio y otros alimentos ricos en calcio pueden ser buenos sustitutos. Los suplementos son útiles para incrementar de manera aguda el nivel de vitaminas si se conoce la existencia de una deficiencia, o para suministrarse como una medida de seguridad si se consume una alimentación adecuada. Sin embargo, tomar suplementos como una alternativa a una alimentación equilibrada puede a largo plazo producir deficiencias serias en el consumo de otros nutrientes.
Coleman: Por poner un ejemplo de las desventajas de los suplementos en comparación con los alimentos normales, si usted toma una tableta de vitamina C, está dejando de ingerir, la fibra del alimento, el limoneno (un fitoquímico anticancerígeno), el potasio y la energía que usted podría obtener si se comiera una naranja.

*Dan Benardot es co-director del Laboratorio para Rendimiento de Atletas de Elite en la Universidad del Estado de Georgia.

*Priscilla Clarkson
 fue presidente del Colegio Americano de Medicina del Deporte.

*Ellen Colleman es autora de 2 libros: Ultimate Sports Nutrition (2000) y Eating for Endurance (1997) (Bull Publishing). Frecuentemente también imparte conferencias sobre las necesidades nutricionales de los atletas y las personas activas.

* Melinda Manore es una experta en los requerimientos nutricionales de las mujeres activas, en asesoramiento nutricional y en el papel que la nutrición y el ejercicio juegan en la salud, el balance de energía, la obesidad y los desórdenes alimentarios. Es presidenta del grupo de investigación de la Asociación Americana de Dietética (ADA).

 

GSSI

El ejercicio aeróbico rebaja la edad biológica

Una investigación canadiense muestra que un largo período de ejercicio aeróbico de intensidad relativamente alta puede aumentar la potencia aeróbica máxima en 25%,equivalente a entre 10 y 12 años biológicos.

Una persona que mantiene una forma física aeróbica podría retrasar el envejecimiento biológico hasta en 12 años, según muestra un nuevo análisis del Dr. Roy Shephard, de la University of Toronto (Canadá).

Trotar y otros tipos de ejercicio aeróbico mejoran el consumo de oxígeno del cuerpo y su uso en la generación de energía. Sin embargo, el declive sostenido de la potencia aeróbica máxima empieza en la mediana edad y se reduce en 5 ml/kg/min (milímetros por kilogramo de peso por minuto, una unidad que describe el consumo de oxígeno del organismo) cada década, de acuerdo con la información del análisis publicado en “British Journal of Sports Medicine”.  

Cuando la potencia aeróbica máxima cae por debajo de 18 ml en los hombres y 15 ml en las mujeres, resulta difícil hacer cualquier actividad sin experimentar una gran fatiga. Un hombre sedentario típico de 60 años tiene una potencia aeróbica máxima de alrededor de 25 ml, cerca de la mitad de lo que tenía a los 20 años.

Pero la investigación muestra que un largo período de ejercicio aeróbico de intensidad relativamente alta puede aumentar la potencia aeróbica máxima en 25% (alrededor de 6 ml), que es equivalente a entre 10 y 12 años biológicos.

“Al parecer hay buena evidencia de que la conservación de una ingesta máxima de oxígeno aumenta la probabilidad de que una persona mayor sana pueda mantener su independencia”, señala el autor.

El ejercicio aeróbico también reduce el riesgo de enfermedades graves y acelera la recuperación tras una lesión o enfermedad. Adicionalmente, ayuda a mantener la potencia muscular, el equilibrio y la coordinación, lo que reduce el riesgo de caídas.

 

Jano.es 16 ABR 08 | “British Journal of Sports Medicine”

Tips de Entrenamientos

Tips para ciclistas – La posición del cuerpo (Daniela Donadío)

La posición depende mucho de cada uno. La realidad es que las bicis vienen estándar y uno las puede modificar de acuerdo al físico que tiene. Yo lo que recomiendo es que vayan a un buen bicicletero (de confianza) para que les ofrezca una bicicleta a su medida. A la hora de comprar siempre hay que estar bien asesorado, porque no hay una ecuación universal que diga que si vos medís 1,70 cm. necesitás un cuadro 16 en mountain bike. Porque si tu altura es la misma pero tenés piernas muy largas, seguramente necesites un cuadro 18 y no un 16.

Tips para atletas – Reconocé la deshidratación

Todos los entrenadores, atletas y personal médico necesitan reconocer los signos y síntomas comunes asociados con la deshidratación. Estos incluyen:

  • Sed
  • Irritabilidad
  • Dolor de cabeza
  • Debilidad
  • Mareos
  • Calambres
  • Escalofríos
  • Vómito
  • Nausea
  • Sensación de calor en la cabeza o en el cuello
  • Disminución del rendimiento
  • Malestar general
  • Pero debés estar consiente de que un atleta probablemente sólo presentará unos pocos de estos signos y síntomas.

Tips – Más masa muscular

 Una de las formas de obtener más masa muscular es mejorando la distribución de las proteínas: Incluir pequeñas cantidades de proteínas en cada comida mejorará el nivel de aminoácidos en la sangre y esto facilitará el desarrollo muscular. Procurá consumir en cada comida alguno de estos alimentos ricos en proteínas: Leche, queso, yogurt, jamón, pollo, carne, pescado o huevos.

Autotest del lesionado

Este mes presentamos algunas de las preguntas que se deben preguntar los corredores que sufren lesiones o se enferman. El objetivo es descubrir la razón o las razones por las que se desarrolló el problema. A menudo, más de un factor se encuentra involucrado. La pregunta básica es ¿qué hiciste de diferente en tu carrera o en tu rutina diaria que pudo haberte causado la lesión o la enfermedad? Usa la siguiente lista para ayudarte a determinar la causa de tu problema, o mejor aun, para ayudarte a la prevención de que el problema aparezca

  1. ¿Son tus pies o piernas estructuralmente débiles? (Tu médico puede responderla por vos)
  2. ¿Tenés buena flexibilidad?
  3. ¿Precalentás y volves a la calma apropiadamente en todos tus entrenamientos?
  4. ¿Elongás de más?
  5. ¿Tenés tus músculos opuestos débiles? (abdominales, cuádriceps, etc.)
  6. ¿Tenés alguna lesión previa que pueden volverte vulnerable?
  7. ¿Volviste a correr demasiado pronto tras una lesión o enfermedad?
  8. ¿Es tu forma de correr apropiada?
  9. ¿Hiciste algún cambio repentino en la cantidad o calidad de tus entrenamientos: kilometraje, cuestas, velocidad, superficie?
  10. ¿Corriste sobre nieve o hielo y eso modificó tu manera de correr?
  11. ¿Estas con poco entrenamiento para las carreras que estás corriendo?
  12. ¿Estás compitiendo con demasiada frecuencia?
  13. ¿Te tomás el tiempo necesario para recuperarte de las competencias y de los entrenamientos exigentes?
  14. ¿Cambiaste tu calzado de correr, o está demasiado usado, o los acabás de estrenar?
  15. ¿Cambiaste de peso? ¿estás con bajo peso o con peso excesivo?
  16. ¿Es tu dieta adecuada para tu nivel de entrenamiento?
  17. ¿Estás cuidando apropiadamente de tus pies?
  18. ¿Cambiaste algún hábito diario, tales como manejar o estar más tiempo sentado?
  19. ¿Estás bajo stress adicional?
  20. ¿Estás durmiendo lo suficiente?
  21. ¿Estuviste practicando algún otro deporte que puede afectar tu corrida?
  22. ¿Cambiaste las superficies de correr, o estás corriendo en terreno desnivelado?

 

La actividad física moderada reduce el impacto de la artritis

A diferencia de lo que piensan muchos pacientes
La actividad física moderada reduce el impacto de la artritis

Una rutina diaria de 30 minutos disminuye el dolor, la ansiedad y la depresión

El temor de los pacientes con artritis a agravar la enfermedad, lesionarse o sentir más dolor suele desalentarlos de hacer actividad física. Pero una rutina diaria de 30 minutos con ejercicios de intensidad leve a moderada permite controlar el dolor, la rigidez muscular y la fatiga que produce esa enfermedad crónica que ataca las articulaciones.

No importa cuál sea el tipo de artritis -las más comunes son la osteoartritis, la artritis reumatoidea y la fibromialgia-, una serie de ejercicios específicos que ayuden a mejorar la flexibilidad, la fuerza y la capacidad aeróbica aumenta la independencia de los pacientes y hasta permite reducir el uso de analgésicos para controlar el dolor. El objetivo de complementar con ejercicio la terapia farmacológica para controlar esta enfermedad crónica es reducir la inactividad que causa debilidad, rigidez muscular, obesidad, osteoporosis, hipersensibilidad al dolor, ansiedad y depresión.

“Además de proteger las articulaciones, relajar la tensión, ayudar a controlar el peso y disminuir el dolor y el riesgo de sufrir lesiones, el ejercicio aumenta las endorfinas y la serotonina, lo que mejora el estado de ánimo general en los pacientes durante unas seis a ocho horas. No hay ningún medicamento que tenga todos estos efectos”, explicó el doctor Pablo De Caso, integrante del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Austral y entrenador certificado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford del programa de manejo personal de la artritis.

Este programa de acondicionamiento físico, que dura 6 semanas para luego ponerlo en práctica en el hogar, se diseñó tras tener en cuenta los problemas más frecuentes que manifestaron 300 pacientes con artritis, en silla de ruedas o que podían caminar, pero que no hacían ejercicio por temor a que se les agravara la enfermedad. La lista, encabezada por el dolor, incluyó: depresión, fatiga, cansancio, reducción de la funcionalidad, mala alimentación y alteraciones del sueño, entre otras.

“La idea es hacer un calentamiento muy suave; luego agregar ejercicios de flexibilidad (sin tirar de los músculos), de fuerza y aeróbicos, como bailar o caminar, para mejorar el funcionamiento cardiovascular y pulmonar. Al final se incorporan ejercicios de estiramiento y relajación”, resumió De Caso a LA NACION durante una reunión para promover el ejercicio en pacientes con artritis reumatoidea.

En la experiencia del Servicio de Reumatología del Austral, donde desde el año pasado se usa el programa, el 90% de los 120 pacientes que lo utilizaron disminuyó o dejó de consumir antiinflamatorios. “La combinación de la alimentación sana, la actividad física y la terapia para controlar la enfermedad los ayudó a mejorar la calidad de vida, evitar la automedicación, reducir el gasto en remedios y usar menos servicios de salud”, dijo el reumatólogo.

Para Norma de Orué, presidenta de Ayuda Mutua Artritis Reumatoidea (AMAR), que participó de la reunión para pacientes, “la rehabilitación física es tan importante como la medicación para controlar la enfermedad. Pero hay médicos que aconsejan hacer actividad física y hay médicos que no lo hacen”.

Norma padece artritis reumatoidea desde hace 38 años y hace 15 fundó el grupo AMAR en el hospital Rivadavia ( www.artritisreumatoidea.org ). “El ejercicio da energía y nos hace sentir en plenitud. Este programa me pareció excelente”, dijo después de realizar la rutina de 30 minutos junto con un centenar de pacientes, algunos en silla de ruedas.

En las personas con la enfermedad en remisión, dijo De Caso, están permitidos todos los deportes, mientras no provoquen dolor. En cambio, en las personas con la enfermedad activa, lo más adecuado son las actividades de bajo impacto, como natación, pilates, bicicleta fija o stretching. Hay que comenzar la rutina gradualmente hasta poder repetirla todos los días.

Cuando aparecen dolores o contracturas, se pueden usar los ejercicios de flexibilidad, que no exigen mover la articulación. “Además de mejorar la condición física de los pacientes, esto ayuda a cortar el ciclo de dolor de la enfermedad”, finalizó el especialista.

Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1057915

Los mayores de 50 hacen más actividad física que el resto

El estudio se hizo en base a 10.299 entrevistas y reveló que el 22% de ese universo sale a caminar, contra el 15% del resto. El 9% dijo que va al gimnasio regularmente y otro 9% afirmó que hace algún deporte.

La gente mayor de 50 años está más en movimiento, son más activos y cuidan más su cuerpo, en comparación con el resto de la población. Consideran una actividad recreativa salir a caminar, ir al gimnasio y hacer algún deporte acorde con sus posibilidades, y todo esto lo practican con más frecuencia que el universo de menor edad.

Esta es una de las conclusiones a la que llegó un estudio realizado en el país por Universal McCann, una firma que realiza investigaciones de medios y hábitos de consumo. El llamado “Informe sobre los adultos 50 y +” hizo eje en el segmento de nivel alto, pero distintos especialistas consultados por Clarín entienden que ésta es una tendencia que abarca a distintos niveles socioeconómicos.

El trabajo de Universal McCann, en base a las consultoras TGI, Ibope, ComScore y Smape, contempla una muestra de 10.299 encuestas en centros urbanos: Capital, Alto Valle, Bahía Blanca, Corrientes, Resistencia, Córdoba, La Plata, Mar del Plata, Mendoza, Rosario, Santa Fe, Paraná y Tucumán.

Dentro de las actividades recreativas, caminar, ir al gimnasio y hacer deporte aparecen en el cuarto, décimo y undécimo puesto. El 22% del “target”, como le llaman, sale a caminar, contra el 15,2% del resto de la población. El 9,2% va al gimnasio, contra el 6,7% del resto. Y el 8,9 hace algún deporte (y acá se empareja porque, según esta encuesta, el 8,06% del resto también lo hace).

“Son actividades importantes. Tienen que ver con un sesgo de edad y de nivel. Los de este nivel son activos en líneas generales y sobre el total de personas se diferencian mucho”, dijo Josefina Kaplan, gerenta de investigacion de medios de Universal McCann.

“Esto se relaciona con lo que la Organizacion Mundial de la Salud llama ‘envejecimiento activo'”, aporta la licenciada Susana Aguas, máster en Gerontología Social. Habla del “proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”, según se definió en la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, realizado en Madrid en 2002.

“Llegar a la vejez gozando de buena salud y bienestar requiere un esfuerzo personal durante toda la vida y un entorno en el que ese esfuerzo pueda tener éxito. La responsabilidad de las personas consiste en llevar un modo de vida saludable; la de los gobiernos en crear un entorno favorable a la salud y al bienestar, incluso en la vejez”.

Este esfuerzo personal es el que mucha gente recién comienza a hacer bordeando los 50 años. “Se habla en los medios, hablamos los médicos, pero la sociedad no llegó a tomar real conciencia de la importancia de la actividad física”, sigue Aguas. “Es nuestra responsabilidad como ciudadanos cuidarnos con ejercicio y en lo que comemos” . Y cita beneficios comprobados: reduce la depresión en ancianos; un aerobic moderado reduce la presión arterial, y un ejercicio (también sin hacer locuras) moderado se relaciona con un menor riesgo de demencia en personas mayores. Además, mejora la resistencia, la fuerza muscular y la movilidad articular (ver Por qué es bueno…).

La encuesta revela que salir a caminar es top. En un listado de 16 actividades recreativas, ocupa el cuarto lugar, apenas detrás de leer libros (lo hace el 34,6% del segmento), reunirse con amigos (26,7%) y escuchar música (25,8%). La caminata supera en las preferencias a actividades como salir a tomar algo, ir a comer afuera, al cine o al shopping.

“¿50 y +? Así llamo a mi grupo de amigos”, dice, riendo, el doctor Miguel Acanfora, médico geriatra y especialista en rehabilitación. “Yo jugué al fútbol en Arsenal de Sarandí, 1,76 metro de altura, 81 kilos, y cuando me casé, empecé a engordar. Tengo 53. Sin padecer enfermedad ni exceso de nada, comencé con un grupo a hacer actividad física. Es que los 50 son los años de quiebre. La mujer, por la menopausia; el hombre, por tener más marcada su tendencia a patologías cardíacas, obesidad, diabetes, responden más a las campañas. Y cuando prueban que moverse los activa física e intelectualmente, siguen”, comenta.

Pero dice que falta mucho: “No está concientizada todavía la franja de 35 a 50. Cuando estamos detrás de la meta laboral, el ascenso, cuando decimos no tener tiempo, es difícil. Pero el tiempo que no se ‘pierde’ en estar mejor, se perderá luego, al llegar a los 50 mucho peor”.

Por qué es bueno hacer ejercicio

Mantiene la fuerza muscular, que se pierde con la edad

La pérdida de fuerza muscular, provocada por el aumento de edad, perjudica más a las piernas que a los brazos. Según el sitio de Salud y Deporte a partir de los 50 la velocidad de esa pérdida es de aproximadamente entre un 10% y 15% por década. Los ejercicios, recomendados por su médico, que incluyan un trabajo moderado con pesas son ideales para contrarrestar esa situación.

Mantiene la fuerza muscular, que se pierde con la edad

La resistencia aeróbica también disminuye con la edad, pero en las personas que hacen actividad física regularmente, ese descenso es menor que en hombres y mujeres sedentarios. Otro dato: un varón sano de 50 años que practique, bajo supervisión médica, una rutina de, por ejemplo, caminatas o tai chi, puede mejorar entre un 20% y un 30% su capacidad aeróbica.

Contribuye a fortalecer la flexibilidad articular

La flexibilidad, según define el sitio español Salud y Deporte, es la habilidad para mover las articulaciones libremente, sin dolor y con la mayor amplitud posible. Con actividades como la natación se contribuye a mejorar esa capacidad. En hombres y mujeres que no hacen ejercicio físico, lo primero que se va perdiendo es la flexibilidad en el tronco y en la espalda.

Gabriel Giubellino – Clarín

Ejercicio y peso corporal

Si bien el ejercicio puede ayudar a alterar el peso corporal, su composición y el metabolismo basal también puede afectar positivamente el estado de salud independientemente de la pérdida de peso. Además, incrementa la autoestima, y la motivación, reduciendo la ansiedad, la depresión y el stress. Por lo tanto, no permitas que sólo la medición del peso corporal sea el patrón de éxito del tratamiento.

Acompañá la actividad física de un adecuado tratamiento nutricional. Así lograrás un estilo de vida más saludable y el mantener el peso perdido por más tiempo.

Si buscás reducir tu peso corporal, el entrenamiento de fuerza debe formar parte del programa de entrenamientos.

Si no llegás a realizar 20 o 30 minutos de ejercicio continuo, podés hacerlo de forma intermitente (5 actividades de 4 minutos) con intervalos de descanso. Con este método también obtendrás beneficios.

Usá ropa y calzado cómodo que faciliten la actividad física.

A medida que tu capacidad física vaya aumentando, aumentá la intensidad del entrenamiento con el fin de incrementar sus beneficios sobre el control y mantenimiento del peso y la composición corporal.

No creas en falsas expectativas, que la realización de ejercicios en zonas específicas del cuerpo vayan a reducir la grasa corporal localizada.

Nutrición para promover la recuperación después del ejercicio

Las estrategias para optimizar la recuperación después del ejercicio dependen del deporte específico o el tipo de ejercicio, su intensidad y duración, así como del tiempo entre las sesiones de entrenamiento o competencias. La recuperación exitosa involucra muchos procesos fisiológicos y metabólicos que actúan en conjunto preparando al atleta para la siguiente sesión de ejercicio. Sin embargo, los requerimientos esenciales para una recuperación exitosa a corto plazo son (1) la resíntesis de los almacenes de carbohidratos del cuerpo, (2) la rehidratación, y (3) el descanso.
Para la mayoría de los atletas, una recuperación exitosa significa el reestablecimiento de la capacidad de rendimiento y el deseo de continuar entrenando en preparación para la competencia. Por lo tanto, esta breve revisión hará énfasis sólo en aquellos estudios que han evaluado las influencias de la nutrición para la recuperación durante periodos medios (24 horas) y cortos (4-5 horas) después de ejercicios de ritmo constante tales como la carrera prolongada y protocolos que imitan las demandas físicas de deportes como el fútbol y el básquetbol.

Suplementación con carbohidratos durante 24 horas de recuperación: Ejercicio de ritmo constante

El consumo de una dieta alta en carbohidratos durante las primeras 24 horas después del ejercicio intenso y prolongado devuelve las concentraciones de glucógeno muscular a valores normales (Goforth et al., 2003; Keizer et al., 1987). Curiosamente, Keizer y colaboradores notaron que cuando se les permitió a algunos de sus sujetos comer lo que desearan, no lograron recuperar sus concentraciones de glucógeno muscular después de 22 horas (Keizer et al., 1987). Por lo tanto, para maximizar la recuperación del glucógeno, es esencial prescribir y monitorear cuidadosamente la cantidad de carbohidratos que los atletas consuman durante el periodo de recuperación.

La pregunta que hacen los atletas es si adoptar la práctica de carga de carbohidratos dará como resultado la recuperación del rendimiento o no. Desafortunadamente, sólo hay pocos estudios que han considerado el impacto de la carga de carbohidratos en el rendimiento 24 horas más tarde. En uno de tales estudios, Fallowfield y Williams (1993) reportaron la recuperación exitosa de la capacidad de carrera de resistencia 22 horas después del ejercicio prolongado. Cuando sus sujetos corrieron en una banda a 70% VO2máx durante 90 minutos o hasta la fatiga (lo que ocurriera primero) y después los alimentaron ya sea con una dieta alta en carbohidratos (9 g/kg) o con una dieta mixta isoenergética que incluyó 6 g de carbohidratos por kg de peso durante un periodo de recuperación de 22 horas, sólo aquellos corredores con la dieta alta en carbohidratos fueron capaces de igualar el tiempo de carrera de 90 minutos del día anterior. Los corredores que consumieron la dieta mixta sólo pudieron conseguir completar el 78% del ejercicio del día anterior, aun cuando su dieta de recuperación contenía su consumo normal de carbohidratos (Fallowfield & Williams, 1993).

El tipo de carbohidratos que se consuma durante la recuperación también puede tener una influencia en la tasa de resíntesis de glucógeno muscular y el rendimiento subsecuente. Burke y colaboradores (1993) reportaron que la resíntesis de glucógeno muscular después de una recuperación de 24 horas de ejercicio prolongado fue mayor cuando sus sujetos consumieron una dieta de recuperación que contenía carbohidratos de alto índice glicémico (AIG) comparada con una dieta de carbohidratos de bajo índice glicémico (BIG). Aunque ellos no evaluaron la capacidad de ejercicio de sus sujetos después del periodo de 24 horas de recuperación, es razonable esperar que se hubiera logrado una mayor capacidad de resistencia con los mayores almacenes de glucógeno después de la dieta de AIG (Burke et al., 1993).

En contraste con los resultados de Burke y colaboradores (1993), Stevenson y colaboradores (2005a) encontraron que el tiempo de carrera en banda hasta el agotamiento fue 12 minutos más largo y la oxidación de grasas fue mayor después de una dieta de recuperación de BIG que después de una dieta de AIG (Stevenson et al., 2005a). La tasa más alta de oxidación de grasas durante la carrera hasta el agotamiento después de la dieta de recuperación de BIG presumiblemente compensó los almacenes más bajos de glucógeno pre-ejercicio. También es interesante notar que los corredores reportaron que nunca sintieron hambre en la dieta de BIG, aun después de la noche de ayuno antes de la carrera hasta el agotamiento al día siguiente. Pero estuvieron hambrientos cuando consumieron la dieta de recuperación de AIG que fue equiparada en energía y composición de macronutrientes con la dieta de BIG. Por lo tanto, puede ser más efectivo consumir carbohidratos de AIG durante las primeras horas después del ejercicio y después cambiar a comidas con carbohidratos de BIG por el resto del periodo de recuperación. De esta manera, los carbohidratos de AIG pueden contribuir mejor al periodo más rápido de resíntesis de glucógeno, mientras que los carbohidratos de BIG pueden continuar aportando energía así como sensación de saciedad. Además, una comida por la tarde que contenga carbohidratos de BIG disminuye el pico en la glucosa sanguínea en respuesta a un desayuno estandarizado de AIG la siguiente mañana y también puede aumentar la oxidación de grasas durante el ejercicio subsecuente (Stevenson et al., 2005b). Se necesita investigación adicional para determinar la mezcla de carbohidratos que lleve al máximo la recuperación de glucógeno y el rendimiento.

Suplementación con carbohidratos durante 24 horas de recuperación de ejercicio intermitente

Aunque hay muchos participantes en deportes que involucran actividades continuas tales como carrera de distancia, ciclismo de ruta, y ski a campo traviesa, hay muchos más atletas que participan en deportes de múltiples sprints o intermitentes tales como el fútbol, hockey sobre hielo o sobre césped, rugby y tenis. El ejercicio prolongado, intermitente de alta intensidad que es parte de estos deportes disminuye los almacenes de glucógeno muscular y perjudica el rendimiento, tal como es el caso del ejercicio de ritmo constante (Balsom et al., 1999). Por ejemplo, las concentraciones de glucógeno muscular de los jugadores profesionales de fútbol disminuyen severamente después de 90 minutos de un partido (Jacobs et al.,1982; Saltin, 1973). Está bien establecido que aquellos jugadores que inician un partido con concentraciones moderadas o bajas de glucógeno en sus músculos no pueden entregarse completamente al juego debido al inicio temprano de la fatiga (Saltin, 1973).

En un estudio de nutrición y condición física específica para el fútbol, Bangsbo y colaboradores (1992) demostraron que cuando los jugadores consumieron una dieta alta en carbohidratos durante 48 horas antes de una serie de pruebas específicas de fútbol, su capacidad de resistencia durante una carrera en banda prolongada, intermitente, de alta intensidad, fue significativamente mejor que cuando la preparación nutricional para la prueba fue una dieta mixta normal.

Utilizando un circuito de carrera intermitente de alta intensidad como protocolo de ejercicio que simulara los patrones de actividad comunes en el fútbol, Nicholas y colaboradores (1997) examinaron la influencia de estrategias nutricionales diferentes sobre la capacidad física durante los últimos 15 minutos de una prueba de 90 minutos. Todos los sujetos completaron 75 minutos de la prueba y después se les pidió completar tantos circuitos de 20 metros como les fuera posible mientras alternaban entre sprint y trote hasta el punto de fatiga. La capacidad de resistencia se evaluó como el tiempo de carrera en el circuito después de los 75 minutos. El reestablecimiento de la capacidad de carrera en el circuito se logró después de 22 horas de recuperación cuando los sujetos consumieron una dieta de recuperación que aportó un consumo de carbohidratos de 10 g/kg/día (Nicholas et al., 1997). Sin embargo, cuando los sujetos consumieron sus cantidades normales de carbohidratos con proteína y grasa adicional para igualar el consumo de energía de la dieta de recuperación de carbohidratos, fueron incapaces de correr tanto como en el día anterior.

REHIDRATACIÓN

Inmediatamente después del ejercicio, generalmente la mayoría de los atletas prefieren beber líquidos en lugar de consumir alimentos sólidos. Esta elección ayuda a rehidratar al atleta, lo cual es una parte esencial del proceso de recuperación. El volumen, tipo y momento del consumo de líquido durante periodos cortos de recuperación (por ej. de sólo unas pocas horas) son consideraciones importantes para la rehidratación exitosa y el ejercicio subsecuente. Con el fin de hidratar completamente durante la recuperación a corto plazo, los atletas deben beber el equivalente al 150% del volumen del peso corporal perdido por medio de la sudoración (Shirreffs & Maughan, 2000) debido a la forma en que los riñones manejan la carga de líquidos. El líquido que es más efectivo en la rehidratación de los atletas después del ejercicio es una bebida deportiva bien formulada en lugar del agua (Gonzalez-Alonso et al., 1992). Tomar una bebida deportiva inmediatamente después del ejercicio no sólo aporta líquidos, sino carbohidratos que ayudan a iniciar el proceso de resíntesis de glucógeno, y el sodio en la bebida deportiva promueve la retención del líquido en el cuerpo.

 

GSSI
Clyde Williams, Ph.D.
Profesor de Ciencias del Deporte
Escuela de Ciencias del Deporte y el Ejercicio
Universidad de Loughborough
Loughborough, Inglaterra, Reino Unido

Este informe ha sido traducido y adaptado de: Williams, C. (2006). Nutrition to promote recovery from exercise. Sports Science Exchange #100, Volume 19:(1), por Lourdes Mayol Soto, M.Sc

El yoga es insuficiente para mantener un corazón sano

El Yoga, ayuda a relajarse, a aliviar el estrés o a mejorar la flexibilidad, pero practicar yoga tal vez no sea suficiente a la hora de mantener sano el corazón. Para cumplir con las recomendaciones sobre actividad física, hace falta hacer más ejercicio, según un estudio.Los autores de este trabajo, que se publica en el último número de la revista ‘BMC Complementary and Alternative Medicine’, analizaron a un grupo de 20 personas de una edad media de 30 años que practicaban yoga habitualmente con el objetivo de comprobar si, a través de esta actividad, los participantes cumplían las recomendaciones sobre ejercicio establecidas por las distintas Sociedades de Cardiología.

Para mantenerse en forma, las guías recomiendan la práctica de 30 minutos de ejercicio moderado al menos cinco veces a la semana, permitiendo que las sesiones se dividan en varias actividades de 10 minutos cada una.Entre otros valores, los investigadores —un equipo de científico de la Universidad de Long Island, en EEUU— midieron la cantidad de oxígeno que los participantes consumían durante el ejercicio, y calcularon la cantidad de calorías que conseguían eliminar con el ejercicio.Los resultados mostraron que en una sesión de casi una hora, cada individuo quemaba una media de 3,2 calorías por minuto, una cifra equivalente a la que se puede conseguir dando un paseo tranquilo. “Con esto no se cumplen las recomendaciones sobre ejercicio físico para mantener la forma o la salud cardiovascular”, explican los investigadores en su estudio, si bien matizan que la práctica continuada de algunas posturas -que exigen movimientos más rápidos y continuos- sí podría contribuir a mejorar el estado físico.

“Las sesiones de yoga que incluyan la postura del saludo al sol durante un tiempo que exceda los 10 minutos serían una porción suficiente de ejercicio físico para mejorar la forma cardiorrespiratoria en individuos sedentarios”, comentan. Con todo, los investigadores reconocen que al ser una actividad completa, que implica el trabajo del cuerpo y la mente, “el yoga podría conllevar beneficios para la salud que no están asociados, o lo están sólo parcialmente, con la actividad física que supone esta práctica”. Además, recuerdan que su investigación es un estudio pequeño en el que el 90% de los participantes eran mujeres que practicaban yoga de forma avanzada. “Estos resultados podrían no ser generalizables a otras personas que sufran trastornos de salud, que tengan un índice de masa corporal fuera de los límites considerados como normales o a niños, adolescentes y personas mayores”, remarcan.

El Mundo – España 25/12/2007

Mitos del ejercicio en el control del peso corporal

¿Es necesario el uso de trajes plásticos o fajas para “quemar la grasa”? ¿Hace falta hacer más abdominales para quitarse los kilos de más? ¿Puede aumentar el ejercicio el metabolismo? Hacer sólo ejercicios, ¿es tan efectivo como la dieta? Si se entrena a moderada intensidad, ¿se quema más grasas y se reduce más peso?

“Después del ejercicio el cuerpo quema calorías por un largo periodo de tiempo”

Diversos estudios han demostrado que el grado de aumento del CONSUMO DE OXÍGENO DESPUÉS DEL EJERCICIO (CODE) está directamente relacionado con su duración e intensidad hasta alrededor del 80% del VO2 máx., a partir de allí aumenta rápidamente a medida que la intensidad del ejercicio se incrementa. En las personas con sobrepeso es poco probable, especialmente si han sido sedentarias, que puedan tolerar la intensidad y duración necesarias para alcanzar un aumento del CODE que influya en su perdida de peso. En este caso el gasto calórico después del ejercicio se mantiene elevado por un minuto o dos, pero a los 5 o 6 minutos la elevación es muy pequeña y a los 40 minutos después del ejercicio, la tasa metabólica basal ya es exactamente la misma que cuando se comenzó a realizar el ejercicio. Tal incremento del CODE sólo representa una combustión de 10 a 30 calorías extra, lo cual es muy poco para tener un efecto importante sobre el peso corporal. Este fenómeno de aumento del metabolismo basal durante un largo período post-ejercicio (39 hs.) ha sido observado en atletas de resistencia.

“El ejercicio quema muchas calorías y es suficiente para perder peso”

La actividad física puede desarrollarse de diferentes formas, intensidades y duración. Pero cuando se habla del control del peso corporal, la cantidad de ejercicio que pueda realizar una persona con sobrepeso (especialmente si esta ha sido sedentaria) es determinante. Para una mujer que pesa 83 Kg., realizar una caminata de 45 minutos a 4,8 Km/ hora puede representar un esfuerzo físico importante, en este caso ella quemaría 279 kcal. Sin embargo, si estuviera realizando otra actividad durante ese mismo período de tiempo, notamos que el gasto calórico neto de la caminata es bajo (ver tabla 1).

Así, el déficit energético creado por el ejercicio es relativamente pequeño en comparación con la cantidad de energía que se necesita para perder sólo1 Kg. de tejido adiposo (7000 Kcal. aprox.). Por lo tanto, en teoría, únicamente con el ejercicio se espera una tasa de pérdida de peso muy lenta (0,080 a 0,120 g/semana en hombres y mujeres). De esta forma, nuestro ejemplo tendría que caminar durante 26 horas para rebajar 1 Kg. de grasa (considerando el gasto neto). Suponiendo que entrene durante 1 hora, 4 veces a la semana, tardaría más de 6 semanas en reducirlo. A pesar de que este efecto a largo plazo no es despreciable, el mantenimiento del paciente dentro del programa de entrenamientos puede afectarse.

De esta forma, para la mayoría de las personas que no pueden realizar ejercicios de alta intensidad o de larga duración el ejercicio no es un gran “quemador” de calorías, así, mucha gente puede sentirse desalentada ya que pierde peso lentamente. Esto no significa que las personas que quieran controlar su peso deban dejar de hacer ejercicio; sino que será mucho más efectivo combinarlo con un adecuado plan de alimentación.

Comparación de actividades para el gasto calórico neto
Actividad (45 min.) Kcal. / min. Total (Kcal.) Gasto neto (Kcal.) Equivalencia en alimentos
Caminata a 4,8 Km /hora 6,2 279 — ———–
Permanecer sentada quieta 1,7 77 202 2 ½ reb. de pan
Escribir sentada sobre un escritorio 2,4 108 171 2 reb. de pan
Cocinar 3,7 167 112 1 ½ reb. de pan

Actividad
Kcal. / min.
Total (Kcal.)
Gasto neto (Kcal.)
Equivalencia en alimentos
Caminata a 4,8 Km/h
6,2
279
———–
Permanecer
sentada quieta
1,7
77
202
2 ½ reb. de pan
Escribir sentada
sobre un escritorio
2,4
108
171
2 reb. de pan
Cocinar
3,7
167
112
1 ½ reb. de pan

¿Reduzco la grasa abdominal si hago más abdominales?

La noción de la reducción de la grasa en zonas específicas proviene de la creencia de que si se incrementa la actividad muscular se facilita una mayor movilización de tejido adiposo en la zona ejercitada. A pesar de que esta idea es atractiva desde el punto de vista estético, las investigaciones no soportan este hecho. Por ejemplo, cuando se estudian los diámetros y las reservas de grasa subcutánea de los brazos de los tenistas se encuentra la misma proporción de grasa en ambos y una mayor proporción de tejido muscular en el brazo dominante. Así, el ejercicio regular y prolongado no se acompaña de una reducción de grasa en el brazo más ejercitado En otro experimento donde se tomaron biopsias en el glúteo, debajo de la escápula y el abdomen, antes y después de 27 días de ejercicios abdominales; se encontró que los adipocitos de la zona abdominal no se redujeron mas que en las otras regiones menos ejercitadas.

El ejercicio estimula la movilización de grasa corporal mediante hormonas que circulan a través del torrente sanguíneo y actúan sobre los depósitos de grasa en todo cuerpo. No existen evidencias de que los ácidos grasos sean liberados en una mayor proporción de los músculos que están activos, por lo tanto, hacer énfasis en un solo grupo muscular no es de mucha ayuda para quemar la grasa de la zona ejercitada.

¿Qué tan útiles son el uso de trajes plásticos y fajas para sudar?

La sudoración es un mecanismo de termorregulación corporal, por lo tanto, el hecho de estar sudando un mayor volumen de fluidos no implica que se esté quemando más grasa, sino que el cuerpo está haciendo un gran esfuerzo por mantenerse frío.

Por esta razón, el empleo de saunas y vestimentas plásticas para aumentar la sudoración sólo entorpecen la actividad física haciéndola menos placentera: el cuerpo estará más caliente, se deshidrata y la percepción del esfuerzo aumenta, con lo cual la persona realiza menos ejercicio del que pudiera al vestir una ropa liviana y estar bien hidratado. Así mismo, la pérdida de peso después del ejercicio no implica pérdida de grasa; de hecho más del 90% del peso perdido son fluidos que deben reponerse. En este caso, en lugar de haber “rebajado” sólo se ha deshidratado. Por esta razón se debe desalentar este tipo de vestimenta ya que no ofrece ningún beneficio para la reducción de la grasa corporal. La pérdida de grasa se logrará progresivamente a medida que el equilibrio calórico se hace negativo. Igualmente, el uso de fajas sólo ofrece una sensación temporal de reducción del diámetro abdominal el cual vuelve a la normalidad luego que los tejidos dejen de estar comprimidos. Estas fajas dificultan la respiración y el disfrute de la actividad física.

 

Lic. Pedro Reinaldo García
Instituto Nacional de Deportes Gatorade Sports Science Institute